sábado, 8 de diciembre de 2012

simbolos patrios de colombia

La Bandera Nacional de la República de Colombia es el pabellón que representa al país, y que junto con el escudo y el himno nacional, tiene la categoría de símbolo patrio. Consiste en un rectángulo dividido en tres franjas coloreadas con los colores primarios, ocupando la superior la mitad de éste.

 el escudo




El Escudo de armas de la República de Colombia es el emblema heráldico que representa al país, y que junto con la bandera y el himno nacional, tiene la categoría de símbolo patrio.[1]
El actual emblema y sus elementos constituyentes tienen sus orígenes en el escudo aprobado por medio de la ley 3 del 9 de mayo de 1834, siendo presidente de la República de la Nueva Granada el general Francisco de Paula Santander. Los colores y la disposición de los mismos fueron adoptados y reafirmados sucesivamente por varios decretos, particularmente los dictaminados el 17 de mayo de 1924 y 11 de enero de 1934. Finalmente el escudo es reglamentado por medio del decreto 3558 del 9 de noviembre de 1949, el cual además describe de manera puntual la reproducción de la mayoría de sus partes. El escudo vigente en la actualidad recoge tanto los elementos dictaminados en 1834 como los descritos en 1924 y 1949, con sus respectivas mejoras estéticas.



 el himno

CORO
¡Oh gloria inmarcesible!
¡Oh júbilo inmortal!
¡En surcos de dolores
El bien germina ya.
Primera estrofa
Cesó la horrible noche
La libertad sublime
Derrama las auroras
De su invencible luz.
La humanidad entera,
Que entre cadenas gime,
Comprende las palabras
Del que murió en la cruz
Segunda estrofa
“Independencia” grita
El mundo americano:
Se baña en sangre de héroes
La tierra de Colón.
Pero este gran principio: “el rey no es soberano”
Resuena, Y los que sufren
Bendicen su pasión.
Tercera estrofa
Del Orinoco el cauce
Se colma de despojos,
De sangre y llanto un río Se mira allí correr.
En Bárbula no saben
Las almas ni los ojos
Si admiración o espanto
Sentir o padecer.
Cuarta estrofa
A orillas del Caribe
Hambriento un pueblo lucha Horrores prefiriendo
A pérfida salud.
!Oh, sí¡ de Cartagena
La abnegación es mucha,
Y escombros de la muerte
desprecian su virtud.
Quinta estrofa
De Boyacá en los campos
El genio de la gloria
Con cada espiga un héroe
invicto coronó.
Soldados sin coraza
Ganaron la victoria;
Su varonil aliento
De escudo les sirvió.
Sexta estrofa
Bolívar cruza el Ande
Que riega dos océanos
Espadas cual centellas
Fulguran en Junín.
Centauros indomables
Descienden a los llanos
Y empieza a presentirse
De la epopeya el fin.
Séptima estrofa
La trompa victoriosa
Que en Ayacucho truena
En cada triunfo crece
Su formidable son.
En su expansivo empuje
La libertad se estrena,
Del cielo Americano
Formando un pabellón.

El Himno nacional de la República de Colombia es la composición musical patriótica que representa al país y que, junto con la bandera y el escudo, tiene la categoría de símbolo patrio.[1]
La letra del himno está compuesta por un coro y once estrofas y fue escrita por el presidente Rafael Núñez, originalmente como una oda para celebrar la independencia de Cartagena.[2] La música fue compuesta por el italiano Oreste Síndici a instancias del actor José Domingo Torres, durante la presidencia de Rafael Núñez y presentada al público por primera vez el 11 de noviembre de 1887.[3] La canción adquirió gran popularidad y fue rápidamente adoptada, aunque de manera espontánea, como el himno nacional de Colombia.
Se oficializó a través de la ley 33 del 18 de octubre de 1920.[4] El músico José Rozo Contreras revisó las partituras y preparó las transcripciones para la banda sinfónica, la cual fue adoptada como versión oficial mediante el decreto 1963 del 4 de julio de 1946. El himno ha sido objeto de proyectos de reformas, extensamente representado en otras artes y se ha interpretado en diversas versiones.

la orquidea

 
La Orquídea Cattleya Trianae es una planta epífita de hojas carnosas, oriunda de Colombia, de hermosas flores. Fue escogida como flor nacional según un concepto emitido por la Academia Colombiana de Historia en 1936, aún cuando no ha sido consagrada oficialmente por ley. Debe su nombre al jardinero inglés Mr. W. Cattley, quien ocasionalmente la cultivó y divulgó en Europa y al naturalista colombiano José Jerónimo Triana.  

Aunque no hay ningún decreto o ley que la haya escogido como la flor nacional, culturalmente así ha sido aceptada. Sin embargo, está en peligro de extinción.

Es sabido que las Orquídeas Colombianas están señaladas entre las más hermosas del mundo. La estructura y los colores de la Cattleya Trianae son de una extraordinaria belleza.

Maurice Maeterlinck escribió un sorprendente libro titulado "La inteligencia de las flores", en el que dice: "En las orquídeas colombianas encontramos las manifestaciones más perfectas y más armoniosas de la inteligencia vegetal. En esas flores, atormentadas y extrañas, el genio de la planta alcanza sus puntos extremos, y viene a penetrar, con una llama insólita, la pared que separa los reinos". Tal vez refiriéndose a ciertas orquídeas que toman la apariencia de insectos, e inclusive exhalan su olor sexual, con el fin de atraer a un polinizador. 





Fauna de Colombia o fauna colombiana, es el conjunto de especies animales que habitan en la República de Colombia.



Al ser un país del trópico ubicado en la zona del ecuador, Colombia tiene una gran representación de grupos taxonómicos en fauna y flora típica del área, a la que se suman variedades de migraciones de fauna desde distintas partes del planeta, por la variedad de ecosistemas.[1] Colombia posee el 44.25% de los páramosbiomas de páramo, selva (Amazonia, selva del Pacífico), vegetación herbácea arbustiva de cerros amazónicos, bosques bajos y catingales amazónicos, sabanas llaneras, matorrales xerofíticos y desiertos, bosques aluviales, bosques húmedos tropicales, bosques de manglar, bosques y vegetación de pantano, las sabanas del Caribe y los Llanos, bosques andinos y bosques secos o subhúmedos tropicales. sudamericanos, siendo así, uno de los países con mayores áreas húmedas y con alta fluidez de ríos a lo largo y ancho del país a nivel mundial. Colombia presenta

la paz

Existe en el corazón de América un refugio humano abrazado a tres cordilleras, arrullado por exuberantes valles, frondosas selvas, y bañado por dos océanos.Manantiales y caudalosos ríos convierten las tierras en prodigios de fertilidad, culminando al sur en la Amazonía: lo que convierte a Colombia en objeto de grandes codicias. Y desde ahí empieza el martirio de un pueblo: desde la cartografía de la codicia de un puñado. Colombia, a pesar de tenerlo todo para hacer posible la vida digna de la totalidad de sus 48 millones de habitantes, padece una élite continuadora de la violencia colonial, que se atornilla en el poder local ofertando las riquezas del país al poder transnacional, condenando al pueblo a una sangrienta historia de despojos.
Hemos olvidado ya cuántas generaciones no han conocido jamás un asomo de paz, ni voluntad de los gobernantes para permitir que sobre este suelo habite por fin una democracia real, no una pantomima macabra de rituales de urnas que pierden su sustancia democrática ante el exterminio contra la oposición política. A fuerza de represión incesante para apagar el germen de la dignidad, los gobernantes han pretendido forzarnos a enterrar en las profundidades del dolor nuestros gritos de apabullada humanidad.
1. Hacemos de la empatía social el primer paso hacia una verdadera paz


Nosotros hemos decidido conjugar el sentir de nuestro pueblo a la primera persona del plural, porque somos pluralidad, y porque hacemos de la empatía social el primer paso hacia una verdadera paz: el sentir  de nuestro pueblo clama justicia en la voz de sus desterrados, despojados, empobrecidos, marginados, desaparecidos, encarcelados, amordazados, torturados, asesinados. Y nosotros decidimos ser ‘nosotros’ también con nuestros presos y muertos: porque si bien la violencia de una intolerante élite ha pretendido borrar sus ideas y sus sueños eliminándolos físicamente o separándolos de nosotros mediante rejas abyectas, en nosotros siguen vivas sus ansias de justicia y dignidad.