Colombia: Manifiesto por la paz, hasta la última gota de nuestros sueños
Existe
en el corazón de América un refugio humano abrazado a tres cordilleras,
arrullado por exuberantes valles, frondosas selvas, y bañado por dos
océanos.Manantiales y caudalosos ríos convierten las tierras en prodigios de
fertilidad, culminando al sur en la Amazonía: lo que convierte a
Colombia en objeto de grandes codicias. Y desde ahí empieza el martirio
de un pueblo: desde la cartografía de la codicia de un puñado. Colombia,
a pesar de tenerlo todo para hacer posible la vida digna de la
totalidad de sus 48 millones de habitantes, padece una élite
continuadora de la violencia colonial, que se atornilla en el poder
local ofertando las riquezas del país al poder transnacional, condenando
al pueblo a una sangrienta historia de despojos.
Hemos
olvidado ya cuántas generaciones no han conocido jamás un asomo de paz,
ni voluntad de los gobernantes para permitir que sobre este suelo
habite por fin una democracia real, no una pantomima macabra de rituales
de urnas que pierden su sustancia democrática ante el exterminio contra
la oposición política. A fuerza de represión incesante para apagar el
germen de la dignidad, los gobernantes han pretendido forzarnos a
enterrar en las profundidades del dolor nuestros gritos de apabullada
humanidad.
1. Hacemos de la empatía social el primer paso hacia una verdadera paz
Nosotros
hemos decidido conjugar el sentir de nuestro pueblo a la primera
persona del plural, porque somos pluralidad, y porque hacemos de la
empatía social el primer paso hacia una verdadera paz: el sentir de
nuestro pueblo clama justicia en la voz de sus desterrados, despojados,
empobrecidos, marginados, desaparecidos, encarcelados, amordazados,
torturados, asesinados. Y nosotros decidimos ser ‘nosotros’ también con
nuestros presos y muertos: porque si bien la violencia de una
intolerante élite ha pretendido borrar sus ideas y sus sueños
eliminándolos físicamente o separándolos de nosotros mediante rejas
abyectas, en nosotros siguen vivas sus ansias de justicia y dignidad.
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